Aromas cofrades

3 abril 2018

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Viernes de dolores cofrades

Por Carlos Cuadrado

Que exista en un colegio una capilla, es una gran suerte que otros centros educativos de la localidad no pueden disfrutar. Y si en esa capilla se encuentra una Hermandad, la Hermandad de los niños como es la Hermandad de la Entrada Triunfal y María Santísima de la Alegría, es un regalo de Dios para sentirse alegres y orgullosos.

 

El pasado Viernes de Dolores, la capilla de nuestra Casa salesiana, fue un verdadero hervidero donde nuestros alumnos pudieron acercarse más a la figura de Nuestro Señor y de su Bendita Madre a través de la Hermandad. En ella se encontraba expuesto el fantástico altar de insignias que como cada año monta Juan Carlos Gordillo García, hermano de la Corporación. También se encontraban los pasos de los Titulares de la Hermandad y el nuevo Mediatrix y mantolín del Señor que se estrenarían en la salida procesional del pasado Domingo de Ramos.

 

Por la capilla fueron pasando los alumnos desde infantil hasta cuarto de Primaria para que les fuera explicando distintos detalles referentes a lo anterior. Les expliqué, como hermano de la Hermandad, la diferencia entre un paso de Misterio y uno de Palio, el sentido de las diferentes banderas y estandartes que la Corporación procesiona en la tarde del Domingo de Ramos, las varas que hay en el cortejo, el sentido de las dalmáticas y quién las porta, y así sucesivamente hasta llegar a la reliquia de San Juan Bosco que procesiona en la delantera del paso del Señor. Aunque la parte más divertida para ellos seguro que fue el momento de colarse bajo las trabajaderas para entender mejor cómo trabajan los costaleros. Pero el objetivo de esta visita era que tuvieran muy claro que lo más importante de esta Semana Santa no es otra cosa que encontrarse con Jesús y María en cada fotografía de la Pasión que nos dibuja cada estampa en cada una de las Cofradías de nuestra ciudad.

 

Los alumnos de quinto y sexto de Primaria pudieron vivir más intensamente ese camino de la pasión a través del rezo del Via Crucis. Con un texto adaptado y una meditación acorde a la vida de nuestras aulas, casi al final de la jornada, concluían el camino cuaresmal que se les planteó desde el Miércoles de Ceniza. Un camino de cambio y renovación para llevarnos a vivir con alegría la santidad.

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