XI PREGÓN JUVENIL
Buenos días, Hoy 22 de Mayo de 2018 es un día muy especial para nuestra casa Salesiana, pero sobre todo para nuestra compañera Gema, pregonera de este año.
Uno de sus sueños antes de marcharse del colegio era poder pregonar a María Auxiliadora y por fin hoy su sueño se hará realidad, y qué mejor representante de los alumnos que ella. Alumnos de esta casa Salesiana que ha ocupado el corazón de nuestra compañera Gema y el nuestro por la presencia de nuestra madre.
Gema es una de las alumnas más antiguas de nuestra promoción al igual que la mayoría de nosotros. Desde los tres años lleva cantando el himno “Rendidos a tus plantas” con toda su ilusión y entusiasmo.
Ya desde niña empezó a salir de mantilla en la Mini procesión de Infantil y en pocos días volverá a cumplir su promesa.
Aunque éste sea tu último 24 de Mayo aquí, recuerda, ella siempre estará acompañándote a ti y a tus seres queridos. Tus presentadoras, compañeras y amigas: Paola, Malena y yo, Lucia. Sabemos que lo harás con mucho amor y cariño. Y ahora te toca a ti, disfruta de este momento que será inolvidable para ti y para todos nosotros. Aquí estamos contigo, te queremos. Suerte y adelante.
Por Gema Flores
PREGÓN JUVENIL
Por fin llegó Mayo, bonito mes, decir Mayo es decir Auxiliadora, y decir Auxiliadora es decir devoción.
Esa devoción que desde niña yo tengo a nuestra madre y que con palabras voy a intentar pregonar.
Mi historia empezó con tan solo 3 añitos, cuando mis padres decidieron que siguiera este camino a parte de la educación, el de la Fe.
Desde pequeña me enseñaron que nuestra madre se llama María Auxiliadora, es por eso que todos los 24 de mayo era su día.
Con aquella edad: juegos, recreos, tiempo libre, risas y diversión, llenaban mi vida, pero ella siempre estaba ahí.
Fueron pasando los años y cada vez iba notando que mi cariño iba creciendo más y más, era mirarla y sentir algo especial, esa mirada de madre, amiga, compañera… siempre supervisando cada paso que yo daba.
¿Te acuerdas de ese día madre? Mi primera comunión. Qué ilusión, era un día tan esperado, fueron dos años preparándonos junto a ti para por primera vez tomar la forma, algo que no sabemos qué significa realmente hasta que llega ese momento, tomar el pan, tomar a Dios.
El tiempo pasaba y tú ahí.
Llegas a una edad, a un momento de tu vida que ya tú eres el marinero de tu propio timón, vas decidiendo qué pasos seguir. Yo aposté por este y seguir con los pasos que desde pequeña me enseñaron y es seguir junto a ti madre.
Porque fui descubriendo que poco a poco tú tenías que formar parte de mi vida y caminando siempre de la mano.
No tengo palabras para definir mi sentimiento hacia ella porque todo se queda corto. Es un sentimiento que no se puede escribir, ni decir ni si quiera explicar pero con sólo mirarla las palabras salen por sí solas.
Ella es esa luz blanca que alumbra mis malos días,
La flor más hermosa de mi jardín,
Esa estrella más bonita y brillante de mi cielo,
Mi protectora que con su manto me libra de todo lo malo y la que mientras yo busco la senda ella es mi guía.
No se si fue destino o casualidad pero en mi vida apareciste y bendito el día.
Muchos se dirán como puede tener tanta fe y devoción. Y para eso solo hay tres palabras CREER EN ELLA. Saber que está a tú lado en cada gesto, cada día, no sólo aquí en su casa, sino en nuestra clase, en el centro juvenil, en nuestras excursiones, en nuestras quedadas, en las risas y lágrimas, ella siempre de la mano.
Porque cuando menos te lo esperas y cuando más la necesitamos ella siempre está aquí entre nosotros y protegiéndonos de todo lo malo.
Porque yo no creía en los milagros y ella hizo que volviera a nacer.
Porque fue ella la que estuvo ahí, la que gracias a su llamada los ojos abrí y si, es verdad, los milagros existen.
Cuando no estoy cerca de ti madre siento que algo me falta. igual que los pajaritos están triste cuando el cielo está nublado, o las flores no brillan igual sin el rayo de sol, pues a mi me pasa lo mismo, si no estoy a tu lado.
Madre, eres ternura, eres una flor blanca y preciosa llena de olor, Si, señora, ven a mi y cúbreme con tu manto lleno de amor, Muéstrame el camino y hazme sentir tu protección.
Virgen María Auxiliadora, dulce mujer de ojos misericordiosos,
vísteme con la belleza de tu humildad y tu paciencia.
Regálame cada día la fe que alimenta tu nombre.
Hoy en tu día dame tú luz.
Madre y reina de los cristianos.
Que orgullosos acudimos a ti,
Guíanos, protégenos y adviértenos de los peligros.
Dame tu mirada del camino correcto
Y enséñame a amar como lo haces tú.
No se Cantarte pero mi corazón te reza,
No se volar pero mi alma se arrodilla ante ti.
Déjales mirarte como yo te miro a ti,
déjalos acompañarte como cuando yo estoy junto a ti,
déjalos sentir lo que yo siento 365 días del año cuando estoy cerca de ti.
Déjalos quererte como yo te quiero a ti.
Y llegó el día, ese día que tanto esperaba y que con tantos nervios no llegaba, nada más y nada menos que encargarme del pregón de nuestra madre María Auxiliadora. Qué orgullo más grande para mí.
María de mi niñez, reina de mi devoción, hoy he vuelto junto a ti pero este año para entregarte mi pregón.
13 años, 13 Mayos, 13 primaveras sin faltar ante a ti, cada 24 de mayo estoy aquí. Después de 13 años madre hoy 22 de mayo me pongo frente a ti para decirte todo lo que significas para mi.
Último año aquí después de tanto vivido buenos y malos momentos aquí, esto se está acabando señores está preciosa historia, pero no tiene fin. Porque cada momento que pueda, cada 24 de mayo que sea posible aquí estaré, para mirarte, para adorarte y escucharte. Y junto a ti celebrar tu día. Ese día que tanto se espera, ese mes que cambia todo el año, ver como todo se llena de flores por ti, ver como todos nos ilusionamos y alegramos para ti. Porque para nosotros madre la primavera comienza contigo, con tu mes, con esos colores azul y rosa en los lugares, con ese sol y ese bonito aire. Faltarían horas para decirte todo lo que eres para mi, pero para acabar este pregón gracias por confiar en mi, gracias por mirarme aquella primera vez y gracias por la persona que me haces ser.
Madre cuídame, ayúdame y protégeme que aunque me vaya de está casa Salesiana siempre junto a ti yo estaré
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