El Rector Mayor de la Congregación Salesiana, Don Ángel Fernández, muestra su opinión acerca de varios temas de actualidad, entre ellos la Ley Celaá y la pandemia
Don Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los Salesianos
Don Ángel Fernández Artime es el décimo sucesor de Don Bosco, y por lo tanto tiene el privilegio de ser el máximo representante de la Congregación Salesiana. Natural de Luanco (Asturias), se encuentra a día de hoy en Italia y desde allí ejerce la principal misión encomendada por San Juan Bosco; amar a los jóvenes. El Correo de Andalucía ha podido contactar con él y saber de primera mano qué opina sobre algunos temas de actualidad, al igual que profundizar en el aspecto más personal.
“Una oportunidad perdida para hacer un gran Pacto Social de Estado por la Educación”
¿Qué opina sobre la Ley Celaá?
He de reconocer que no estar en España me impide tener un conocimiento profundo de la situación, pero por lo que sigo a través de la prensa y las informaciones de mis hermanos en España, y todo lo que he vivido en mi patria en años anteriores con las diversas leyes de educación, siento que es, una vez más, una oportunidad perdida para un gran Pacto Social de Estado por la Educación. La educación de nuestros niños y jóvenes es algo muy sensible y muy delicado. Pero me da pena que en estos tiempos en los que tanto se habla de diálogo, de participación, de inclusión, de no exclusión…, no seamos capaces de ponernos de acuerdo para unir todas las fuerzas en favor de las nuevas generaciones.
¿Va a suponer esta ley un problema para la Congregación en España?
Hasta ahora hemos sido capaces de seguir adelante en el contexto de las diversas leyes. La fuerza está en la unidad, no solo nuestra, sino con todas las demás instituciones con las que compartimos esta vocación de educar a los jóvenes: pienso en Escuelas Católicas de España, en las Confederaciones de Padres, y en otras instituciones con las que compartimos la misma visión en el campo de la educación y enseñanza concertada. Mantenernos unidos es esencial. Y lo es no tanto para defender nuestro derecho a existir, que quizás no sea lo que ahora está en juego, sino algo que es más profundo: el derecho fundamental a la libertad de enseñanza en la parte que hace referencia al derecho de los padres a elegir el tipo de educación para sus hijos conforme a sus convicciones civiles, morales y religiosas.
Protesta de los Salesianos de la Santísima Trinidad de Sevilla contra la Ley Celaá
Para concluir con el tema de la Ley Celaá ¿Cree que, si se conociera a la figura de Don Bosco, se habrían puesto en marchas estas “restricciones” contra la Educación Concertada entre la que se encuentran nuestros colegios en España?
Ya lo dijo en su día D. Rodolfo Fierro, allá por 1910, salesiano de don Bosco, quien habló en nombre de los salesianos, en un contexto en el que se debatía sobre la ‘Ley del Candado’: No vengo a combatir; vengo a hablar de la Sociedad Salesiana… Vengo a exponer sencillamente, a informar, a invitaros a que os informéis personalmente visitando nuestras casas.
Estoy convencido de que, si nos conocieran, no solo a nosotros, sino a tantas instituciones religiosas y educadores que se dejan la vida por la educación de los jóvenes, caerían muchos prejuicios y muchas falsedades que se dicen de la enseñanza concertada, al menos de la católica, que es la que más conozco.
“Los Salesianos hemos llegado a distribuir ayudas en 63 naciones gracias a la generosidad de miles de personas ante la campaña que hemos lanzado frente al Covid”
¿Cómo se ha adaptado la Congregación Salesiana a esta época de pandemia?
Pienso que lo más justo sea decir que nos hemos adaptado como todo el mundo, es decir, como hemos podido, y como hemos ido aprendiendo poco a poco al seguir las orientaciones de las autoridades civiles en cada momento, y al mismo tiempo viendo por nuestra parte, con creatividad, qué podíamos hacer para que la misión salesiana siguiera adelante en todo el mundo, y naturalmente en nuestra España. He de decir que estoy muy sorprendido de la creatividad educativa y pastoral que he visto desarrollarse en mi entorno y en los diversos continentes del ‘mundo salesiano’. Ha habido una lluvia de iniciativas de todo tipo para hacernos presentes de mil maneras.
¿Qué iniciativas están llevando a cabo los salesianos para combatir las secuelas de este virus?
Un primer frente que hemos cuidado y queremos seguir haciéndolo es el de asegurar que las actividades, las acciones educativas y los diversos servicios sociales, pastorales y de acompañamiento de personas sigan adelante (del modo que sea y en el formato que sea posible). Ha sido frecuentísimo encontrar en nuestras presencias muchísimos grupos de jóvenes dispuestos en cada momento para distribuir comida, acercarse a las familias más necesitadas, prestar servicios de clases ‘online’ a aquellos que no han podido seguir el ritmo de las circunstancias. En todo el mundo hemos llegado a distribuir ayudas en 63 naciones gracias a la generosidad de miles de personas ante la campaña que hemos lanzado frente al Covid. Públicamente en videoconferencia he dado a conocer los destinos y proyectos de esta ayuda recibida.
¿Cuál es el papel de las Misiones Salesianas en estos tiempos que corren?
Sobre las Misiones Salesianas, puedo decir con un profundo sentimiento de verdad que como salesianos de Don Bosco en el mundo estamos apostando fuertemente por llegar a las verdaderas periferias, a los lugares donde en general no se quiere ir. Sé muy bien que no somos los únicos en la Iglesia. Ciertamente. Pero yo puedo testimoniar que los hijos de Don Bosco lo queremos hacer y lo estamos haciendo. En este sentido, el camino que viene recorriendo la Congregación en estas 134 naciones está en total sintonía con lo que Don Bosco ha querido y como él nos ha soñado. Claro que no todo lo hacemos bien, pero este es el camino que estamos siguiendo. Al lado tenemos a tantísimos laicos y laicas, hombres y mujeres con quienes compartimos esta misión educativa y evangelizadora, social y de humanización. Esto es magnífico, junto a tantísimos jóvenes que viven un voluntariado social o misionero. Por lo tanto, son tiempos difíciles pero llenos de esperanza.
“Don Bosco siempre quiso acercar a sus muchachos al encuentro con Dios”
Si Don Bosco viviera en nuestros tiempos, ¿Cuál cree que sería su sueño?
Sin duda su gran sueño sería el de ver a los jóvenes felices, aquí y en la eternidad, como siempre dijo a sus muchachos. Desde luego, el de no ver a ningún muchacho, a ninguna chica y ningún joven sin alguien que los acoja como amigo, como educador, como padre o madre. Evidentemente, su sueño sigue siendo el de prepararlos para la vida y ofrecerles un sentido trascendente que, si en libertad lo aceptan, tal sentido es Dios, porque Don Bosco siempre quiso acercar a sus muchachos al encuentro con Dios. Su sueño no ha cambiado, es el mismo que el de hace 162 años, y seguirá siendo el mismo mientras hayas jóvenes en la humanidad y mientras haya abandonados, excluidos y pobres.
¿Qué sueño de Don Bosco le marcó más?
Más que un sueño, de los muchos que ha tenido, yo prefiero decir que lo que más me ha emocionado siempre y me sigue emocionando hoy en día de Don Bosco es, sin duda, su pasión educativa por los jóvenes; su convicción radical de decirse cada día “por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros estoy dispuesto incluso a dar la vida”. Son palabras que cuando las haces tuyas en la entrega cotidiana a los jóvenes, te llena de fuerza y de alegría.
¿Qué sintió el día que le nombraron Rector Mayor?
Sentí que me sobrepasaba, sentí que no debía ser yo, sentía que otros muchos salesianos presentes en el Capítulo General 27 podrían prestar este servicio con mucha más capacidad. Nunca me imaginé que esto podría suceder, no lo esperaba en absoluto. Y sin embargo, una vez que era más que evidente que la elección de mis hermanos salesianos se posaba sobre mí aquel 25 de marzo del 2014, en un momento de sencilla oración verdaderamente creyente y confiada me ‘abandoné’ a lo que pudiera ser. Y puedo asegurarles que me inundó una gran Paz que me acompaña hasta el día de hoy. Debo confesarles que aún hoy sigo preguntándole al Señor en la oración personal ¿por qué por medio de la mediación de mis hermanos salesianos en el Capítulo, Su ‘mirada’ se posó sobre mí?. Y lo dejo ahí. En el silencio confiado.
“El futuro de la Iglesia está en Dios, en la auténtica vivencia del Evangelio de Jesucristo”
¿Dónde cree que está el futuro de la iglesia?
En mi pobre opinión, he de decir que el futuro de la Iglesia está en Dios, en la auténtica vivencia del Evangelio de Jesucristo. Está en una Iglesia de los pobres y para los pobres. El futuro de la Iglesia está lejos de todas las tentaciones de poder. El futuro de la Iglesia pasa a través del anonimato de tantos laicos, consagrados, y sacerdotes que siguen dando la vida en lo sencillo y cotidiano. Sin duda, el futuro de la Iglesia está en seguir respetando al máximo la dignidad de la mujer. En definitiva, es lo que ya sabemos, aunque a veces, o no pocas veces sea incómodo para tantos oídos que lo escuchan. No puedo dejar de decir y reconocer que el Papa Francisco no hace otra cosa más que invitarnos a vivir el Evangelio con la coherencia propia de creyentes tocados por la conversión a Jesucristo. Y cuántas veces resulta incómodo por ser sencillamente Pastor según la mirada de Dios.
Don Ángel Fernández junto al Papa Francisco, con el que guarda una estrecha relación
¿Cuál debe ser el papel de los jóvenes en la evangelización?
Lo diré apelando a Don Bosco; el que fundó una Congregación a partir de los mismos muchachos a los que ayudaba a madurar. Llegado el momento les propuso hacer lo mismo todos juntos, para “la salvación propia y el bien de sus compañeros”. En definitiva, les proponía ser auténticos evangelizadores y apóstoles de otros muchachos. Personalmente creo muchísimo en la fuerza de los jóvenes para todo. Y ojalá confiáramos más en lo que ellos pueden hacer en el nombre de Jesús.
Don Ángel Fernández en una de las visitas a una Casa Salesiana
¿Qué opina del papel de evangelización a través de las Hermandades y Cofradías salesianas?
Es una realidad preciosa, particularmente en el sur de la España salesiana, pero también en otros lugares. Por lo que conozco, son una buenísima aportación desde el carisma salesiano a la evangelización en el campo de la religiosidad popular, que ha sido un verdadero antídoto al creciente secularismo. Un espacio de compromiso eclesial donde el laicado tiene un gran protagonismo. Valoro mucho el camino que están haciendo en la formación los grupos jóvenes con una gran vitalidad, y también en la atención a los más pobres. Animo a mis hermanos salesianos a seguir acompañando con celo pastoral la formación y la espiritualidad de estas Hermandades y Confradías y a continuar profundizando en su identidad salesiana.
“La vida de la Congregación no se mide a través del número sino de la fidelidad de los salesianos de Don Bosco”
¿Cree que corre peligro la Congregación por la pérdida de vocación sacerdotal que estamos teniendo?
Sinceramente NO. Es cierto que sólo hablo y debo hablar de la realidad que conozco; de los 14.500 salesianos de Don Bosco presentes en 134 naciones, pertenecientes a 90 provincias religiosas. Nuestra Congregación Salesiana se ve bendecida cada año con unos 450 novicios en todo el mundo. Es un gran don. Al mismo tiempo debo decir que la realidad vocacional en Europa es también muy pobre para nosotros. Pero la vida de la Congregación no se mide a través del número sino de la fidelidad de los salesianos de Don Bosco al carisma recibido en nuestro fundador san Juan Bosco. Mientras la Congregación sea fiel a ese carisma con una predilección por los muchachos y jóvenes más pobres y necesitados, los últimos, los más humildes, y esto llevado a cabo en el nombre de Jesús, la Congregación no corre ningún peligro. Podrá cambiar la organización, el color de la piel, las zonas geográficas, pero el carisma estará asegurado. Es decir, futuro de la Congregación y fidelidad al carisma van de la mano.
¿Cómo debe ser el Salesiano de hoy en día?
He de decirles que éste fue el tema del Capítulo General 28 celebrado en Turín-Valdocco entre febrero y marzo. Y la respuesta es: un salesiano que sea hombre de fe, feliz con su vida y vocación, capaz de escuchar, dialogar e ir al encuentro de los jóvenes de hoy. Un salesiano que tiende puentes, que es capaz de acompañar los procesos de crecimiento de los muchachos y jóvenes. Un educador en la fe que ponga en libertad lo que a nosotros nos llena de sentido. En definitiva, personas que quieran ofrecer y compartir lo que somos y lo que nos constituye como consagrados y creyentes.
Como Rector Mayor, ¿Qué espera de la Congregación en los próximos años?
Espero que seamos todo eso que acabo de decir y que, al término de los próximos seis años, si Dios me da salud, yo pudiera decirle a Don Bosco algo así: “Querido Don Bosco, ésta es la Congregación que te presento después de doce años. Hemos hecho lo mejor que hemos sabido y podido, en el nombre de JESÚS y en favor de los jóvenes. Ojalá te reconozcas en ella. Si es así, habrá merecido la pena”.
Para concluir ¿Qué mensaje le gustaría mandar a la Familia Salesiana de España?
Con mucho gusto doy un doble mensaje. Uno a tantas personas que me podrán leer y que no tienen nada que ver con la Familia Salesiana ni de España ni de Andalucía, pero que ven con simpatía la figura de Don Bosco, o al menos con curiosidad. Les digo que sigan creyendo que en el mundo hay gente buena, mucha gente buena, como sin duda lo son ellos, y como lo intentamos ser los salesianos de don Bosco a pesar de todas nuestras limitaciones. Y que se sumen a tanta gente que transmite esperanza y no negatividad. Que el mundo es más habitable con personas así.
Y a la Familia Salesiana de España y de Andalucía les digo que me siento muy orgulloso de esa familia religiosa que somos: sencilla, pero con frescura; amigos de la gente y que queremos hacer el bien. Una familia de Don Bosco que cree en los jóvenes y les pido que sigan creyendo en esos mismos jóvenes, los de carne y hueso que ven todos los días. Les digo que transmitan a la gente que hay motivos para la esperanza y que juntos, sumando entre todos podemos seguir haciendo algo bueno. Les digo que Don Bosco nos soñó y fundó no para centrarnos en nosotros mismos sino para ser familia de puertas abiertas de modo que la gente pueda decir que ahí, donde están estos ‘de Don Bosco’ hay gente buena que, si no te puede ayudar en cada momento y para todo, al menos te acogen y te escuchan y te acompañan.
Y les diría que nuestra fortaleza está en el ser familia, en el ser para los demás y en ser lo que somos en el nombre del Señor. Y añado algo más: Que sigamos creyendo como Don Bosco que Ella, la Madre “lo ha hecho todo” y lo sigue haciendo.
Mis mejores deseos para todos los lectores junto con el deseo de una buena y Santa Navidad.
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